Nuestra historia
L’ANAGARCIA nace del amor por la tierra, por nuestras raíces familiares y por una región única: el Matarraña. Nuestra pequeña explotación agrícola se encuentra entre olivos y almendros, donde tradición, naturaleza y pasión se entrelazan en cada rincón.
Detrás de este proyecto hay una historia personal: la recuperación de las tierras de nuestro abuelo, un hombre de campo que trabajó con sus propias manos estos campos. De él heredamos el valor del esfuerzo, el respeto por la naturaleza y el orgullo de ser agricultores.
Hoy damos vida a esa memoria, reinventándola: una agricultura consciente, ecológica y comprometida con el mañana. Y porque nada sustituye la experiencia directa, abrimos nuestras puertas a quienes deseen comprender, ver, sentir y compartir.
El proyecto
L’Anagarcia es un proyecto agrícola innovador, nacido de la voluntad de preservar un legado familiar integrando prácticas sostenibles y modernas. Gracias a la adopción de métodos respetuosos con el medio ambiente, como la agricultura ecológica y la cubierta vegetal total, cultivamos productos de alta calidad que reflejan la riqueza de nuestro terruño.
Como agricultor, soy miembro de la cooperativa Aceite del Matarranya, un socio esencial para la transformación y distribución de mis productos. A través de esta colaboración, se promociona en Francia aceites de oliva y otros productos auténticos del Matarranya, contribuyendo así al desarrollo local y a la valorización de este territorio único.
Conexión entre dos culturas
Pero L’Anagarcia es también un puente entre dos culturas. Fomentando los intercambios entre Francia y España, creamos sinergias únicas que enriquecen nuestro proyecto y permiten valorar al máximo los saberes y tradiciones de ambos países. Esta dinámica transfronteriza está en el corazón de nuestra identidad, haciendo de L’Anagarcia mucho más que una explotación agrícola: un verdadero embajador del arte de vivir mediterráneo.